Un producto típico de esta época del año son los canónigos. Gracias a su sabor delicado, se trata de un ingrediente versátil, fácil de combinar con otras verduras, mientras que su toque de frescor llama a utilizarlos especialmente en primavera.

Vitamina C, ácido fólico, potasio

Caracterizados por un aporte calórico extremadamente bajo, unas 21 kcal por 100 gramos de producto, los canónigos pueden aportar a nuestro organismo una buena cantidad de sustancias útiles como:
  • VITAMINAS: concretamente vitamina C, rica en antioxidantes y útil para reforzar el sistema inmunitario; vitamina E, con propiedades antienvejecimiento; y ácido fólico, cuya ingesta es especialmente importante durante el embarazo, ya que estimula la producción de nuevas células.
  • SALES MINERALES: en mayor concentración encontramos potasio, útil para regular el contenido de líquidos en el organismo y esencial para el correcto funcionamiento de los músculos de los deportistas. hierro y fósforo, que contribuye al bienestar de los huesos y los dientes.
  • FIBRA ALIMENTARIA, útil para el bienestar del intestino y para reducir la sensación de hambre.

Propiedades

  1. Depurativas, ya que favorece la eliminación de las sustancias tóxicas presentes en el organismo.
  2. Ligeramente laxantes: gracias al contenido en fibra, que estimulan la actividad intestinal.
  3. Remineralizantes, gracias a la presencia de diferentes sales minerales y, en particular, de hierro, que aporta cualidades antianémicas.
  4. Digestivas, pues estimula la actividad del hígado y del sistema digestivo.

Uso y conservación

Buenas noticias para los amantes de los huertos en casa: los canónigos pueden cultivarse fácilmente en maceta, incluso en otoño, ya que sufren más las temperaturas altas que las bajas y no requieren demasiados cuidados. El periodo ideal para sembrarlos es entre julio y octubre. si se cultivan en casa como si se compran, hay que tener en cuenta que los canónigos no aguantan mucho una vez que se recogen. Por eso, es mejor consumirlos cuanto antes, cuando las hojas aún están carnosas.

Una excelente opción es consumirlos crudos: pueden combinarse con otras verduras de hoja y de otro tipo como los rábanos, la remolacha y el hinojo. Aquellos a quienes les gusta experimentar con nuevas combinaciones también pueden probarlo con fruta, como manzana o mandarina, quesos frescos y frutos secos. Una alternativa a las ensaladas es una sabrosa crema a base de canónigos y patatas, o un pesto para usar como aderezo.

Curiosidad

Su nombre científico es Valerianella locusta. Pero no debe confundirse con la Valeriana officinalis, que es una planta empleada en ámbito fitoterapéutico por sus propiedades sedantes y ansiolíticas. Y es que, a pesar de pertenecer a la misma familia, estas dos plantas son diferentes en género y especie.