Ha sido un gran protagonista de la alimentación a lo largo de la historia. Pero empezó a perder popularidad hace alrededor de un siglo, cuando la leche de vaca empezó a hacerle sombra. No obstante, gracias a la aparición de los diferentes tipos de leche alternativa (animal y vegetal), la de cabra ha vuelto a hacerse un hueco en nuestra alimentación.
Vamos a profundizar en el tema y conozcamos desde sus beneficios a las falsas creencias sobre ella.

Qué contiene el leche de cabra

A pesar de no estar indicada como sustituta de la leche materna en el periodo de lactancia.

La leche de cabra es rica en sustancias nutritivas, útiles para los niños en edad de crecimiento, quienes pueden tomarla perfectamente en lugar de la leche de vaca. Contiene:

  • gran cantidad de SALES MINERALES, especialmente calcio, fósforo y potasio, elementos muy importantes para el crecimiento de los huesos;
  • muchas vitaminas, concretamente VITAMINA B2, también conocida como riboflavina y beneficiosa para el bienestar de las mucosas y del sistema nervioso;
  • una buena cantidad de ácidos grasos ESENCIALES y ácidos grasos de CADENA MEDIA y CORTA (los tipos de grasa más fáciles de digerir y menos perjudiciales para el organismo);
  • un alto contenido de PROTEÍNAS, así como de un aminoácido particular, la taurina, que ayuda al desarrollo del sistema nervioso en los niños.

4 Razones por las que preferirlo a la leche de vaca

La leche de cabra es un alimento nutritivo y, en cierta medida, mejor que la leche de vaca, ¡siempre que a uno le guste ese sabor intenso y peculiar que la caracteriza!
A continuación, se presentan sus ventajas respecto a la de vaca:

  1. Es más fácil de digerir: a pesar de su mayor porcentaje de grasa, estos lípidos pertenecen a una tipología diferente. Debido al tamaño de su molécula más reducido, son más fáciles de digerir.
  2. No afecta a los niveles de colesterol en sangre: a diferencia de las grasas de cadena larga, las de cadena media y corta propias de la leche de cabra no tienen propiedades aterogénicas, que causan el endurecimiento de las paredes arteriales.
  3. Contiene una mayor cantidad de taurina.
  4. No produce mucosidad: al contrario de lo que ocurre con la leche de vaca, no tiene efectos inflamatorios sobre las mucosas del organismo.

En cambio, al contener una mayor cantidad de grasa, la leche de cabra es más calórica que la de vaca. Por eso, para aquellos que deseen adelgazar y estén buscando una alternativa, es mejor decantarse directamente por leche vegetal más ligera, como la de soja o avena.

Ojo a las intolerancias y alergias

A diferencia de lo que estamos acostumbrados a escuchar, la leche de cabra no está recomendada para quienes son intolerantes a la leche de vaca. De hecho, el contenido de lactosa es prácticamente el mismo.

Así pues, las personas con esta intolerancia también han de evitar la leche de cabra. Sin embargo, existe una diferencia en el contenido de caseínas de tipo alfa-s1, unas sustancias altamente alergénicas que se encuentran en menor concentración en la leche de cabra. No obstante, las personas que presentan una tendencia alérgica a la leche de vaca deberían evitar la leche de cabra.  En todo caso, limitarse al consumo de sus derivados, ya que en el procesado, disminuye la cantidad de sustancias que podrían ser peligrosas en este sentido.

Los Beneficios de los quesos de cabra

El organismo tolera mejor este tipo de quesos por ser más fáciles de digerir. Contienen una mayor cantidad de hierro y calcio, y son ricos en fermentos lácteos que contribuyen al correcto funcionamiento de la flora bacteriana del intestino.